Espacios en armonía

La arquitectura es una música de piedras y la música, una arquitectura de sonidos. Ludwig Van Beethoven

El próximo diez de febrero asistiremos al taller de inteligencia musical que impartirá nuestro amigo Rafa Santos. Esta sesión forma parte del ciclo de talleres que hemos organizado para desarrollar las inteligencias múltiples. Hasta ahora hemos trabajado la inteligencia física, la numérica, la verbal (que impartí yo), la sensual (referente a los sentidos) y la sexual, que por cierto, provocó muchos chistes antes del taller.

La próxima es la musical y sospecho que retomaremos parte del trabajo de la inteligencia sensual, en lo referente al sentido del oído. A veces tengo la sensación de que es un sentido olvidado. Vamos tan rápido que casi nunca oímos de manera consciente. Tampoco nos paramos a escuchar. ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a escuchar una canción o una composición musical? ¿Y la última en que te detuviste a escuchar cualquier sonido?  Y eso de hablar de la comunicación entre las personas. Tenemos tanta información visual y tan rápida que a veces necesitamos muchos impactos sensoriales. Ponemos la radio de fondo, al mismo tiempo que conducimos o realizamos otras tareas. Hoy reivindico el sentido del oído. Vamos a regalarle unos minutos. Pon tu música favorita, con tu cantante preferido o con otros sonidos como los que produce la naturaleza o algunos elementos de la arquitectura.

Cuando estudiaba arquitectura teníamos una asignatura que se llamaba acústica. Era bastante técnica y aprendíamos básicamente dos cuestiones: como aislar los espacios y cómo conseguir estancias con buena calidad acústica. La primera está bastante clara, consiste en preparar la edificación para que absorber el ruido y que no llegue a casa de nuestro vecino ni al exterior, tanto por transmisión aérea como por impacto. Y la segunda persigue tener una buena calidad del sonido producido dentro de un determinado espacio. ¿Alguna vez has ido a un restaurante, no escuchabas a la persona que se sentaba en frente de ti y, en cambio, oías todo el barullo del lugar? ¿Y has estado en alguna sala donde había demasiado eco? ¿A que son desagradables? Pues bien, esto se puede trabajar mediante los materiales, las texturas, la disposición de los planos entre sí, etc.

Pero no quiero aburrirte con cuestiones técnicas, prefiero pasearme por aspectos más poéticos de mi profesión. ¿Qué sonidos puede producir una edificación, el patio de una casa o un espacio urbano? Un ejemplo muy fácil sería un parque. Imagínate el sonido del viento jugando con los árboles, el canto de los pájaros y el rumor del agua. ¿Me estoy poniendo demasiado empalagosa? En fin, vamos a llevarnos algunos sonidos a casa… por ejemplo, con una fuente construida en un patio. Este elemento lo utilizaban mucho en la arquitectura islámica. Si has visitado la Alhambra te habrás dado cuenta de la cantidad de fuentes y juegos de agua que hay por todos los jardines.

El sonido de un timbre –o el ruido, dependiendo del tipo de timbre- también está producido por la arquitectura. Aprovecho para pedirles a los fabricantes que cuiden mucho los sonidos de los timbres que comercialicen. Que el anuncio de una visita sea agradable, por favor.
¿Qué sonidos hay en tu casa? Quizá el de tus hijos jugando, o es del hilo musical, o quizá, algunas veces… ¿el sonido del silencio? Esta semana propongo que pongamos atención a lo que oímos. Evitemos los ruidos y disfrutemos de los sonidos.

2 comentarios

  1. Wapita,sigo sin poder ver tus fantasticas publicaciones en el movil,a ver como lo arreglas porque sabes que algunos nos movemos con este cacharro a todas partes.
    Un besito!!

    1. Gracias Jose. Definitivamente voy a tener que cambiar el formato y los colores. Dame un poquito de tiempo para resolver las cuestiones técnicas.
      ¡Un beso!

Deja un comentario